La niña de los cerillos

El tema del hombre que llega a un lugar -su casa talvez,- para refugiarse de una navidad fria, incierta y solitaria. Los regalos que descubre lo precipitan a un universo donde las muñecas mas finas, distantes y delicadas se destacan casi sin proponérselo.
Es así como el hombre recurre al juego para ubicar a estas muñecas en un entorno definido -una casita bien coqueta- donde posteriormente les sirve el té, las atiende con devoción y esmero, hasta que lo rechazan por la sencilla razón de que él es diferente, de otra clase. Pero nada detiene al hombre en su noche de navidad, por eso arma un ciudad con cajas vacías, la puebla de gente, de calles y de voces, de nieve blanca y copiosa, de un frío cruel que no cesa. Pero claro, el hombre llegó de la cale y no viene solo; dentro de su bolso descolorido está ella, la muñeca bella e ingenua, eternamente desvalida, la que vende fosforos en las calles a gente indiferente mientras el invierno le cala los huesos…
Y en el estrecho vínculo que teje el hombre con esa muñeca famélica y desgarbada se descubrirá que ambos son parecidos, casi iguales, y que la historia que juegan no ha dejado de representarse nunca, en ninguna parte del mundo, en todas las épocas…
Este juego entre el hombre y las muñecas sirve como marco para que la compañía Omar Alvarez Títeres lleve a escena uno de los cuentos más complejos y controvertidos escritos por el danés Hans C. Andersen, “La vendedora de Cerillos”. Dada la complejidad de la temática y los contenidos que aborda, el espectáculo le propone al espectador un trabajo donde la historia se va tejiendo sin palabras, a través de la acción implícita recreada a través de un juego que, como se verá en escena, sirve para contar una historia difícil, compleja, muy actual, recreada con esmero y cuidando los detalles, evitando siempre los golpes bajos, apelando siempre al ingenio, al lirísmo y a la póética de la imagen expresada a través de los objetos.

<strong>Rafael Curci</strong>

“La niña de los Cerillos” es una de las mas preciosas historias que nos legó el gran maestro de la literatura infantil, H.C. Andersen; llevarlo al teatro de títeres, entonces impica un complejo de desafío artístico.
Es que esta historia expresa como pocas el mas profundo sentido de lo humano, exhibiendo de un modo poético y sutil, aspectus crudos del mundo real.
Representando a la Europa nórdica del siglo XIX, bien podría decirse que este relato nos muestra la misma realidad que (salando tiempos y distancias y cambiando nieve por barro) hoy les toca vivir a miles y miles de niños en muchos países del mundo, reflejando aquellas asignaturas pendientes que a pesar de la modernidad, el hombre no ha aprendido a resolver.
Una delicada conjunción de sensibilidad, gracia, pericia, ensoñadora música y sugestivas imágenes son el vehículo justo con que un unico titiritero en escena, valiéndose de simples objetos y antiguas muñecas, juega en un ritual sin fin para construir un universo imaginario con la misma pasión con que un niño moldea sus ilusiones a través de sus juegos cotidianos, procurando en cada función, encender en el pecho del espectador ( de todas las edades, de una misma edad ) la inalterable llama de la emoción, confirmando así, la universalidad eterna del teatro.

<strong>Omar Alvarez</strong>

 

The Little Match Girl

“The little match girl” is one of the most marvellous stories that was left to us by the master of the literature for children, H.C.Andersen. Taking it to the puppet theatre implies a complex artistic challenge.
This story expresses in an almost unique way the deepest sense of the humane, showing subtly and poetically hard aspects of the real world.
Representing the nineteenth century northern Europe, it is possible to say that this tale shows us the same reality (saving time and distance, and changing snow for mud ) now days thousand and thousand of children live in countries such as many countries in the world, today, reflecting those unresolved matters that in spite of modernity man has not learned how to tackle. A delicate mixture of sensitiveness, grace, skill, dreamt music and suggestive images are the right vehicle with which only one puppeteer on stage, making use of simple objects and ancient dolls, plays in an endless ritual in order to build up an imaginary universe with the same passion in which a child shapes his illusions through his every day games. Every show seeks to light in the spectator’s chest ( of all ages, of same age ) the flickering flame of emotion, reassuring the eternal universality of the theatre.

Omar Alvarez

There is a men who gets to a place – his house may be- to shelter in a cold, uncertain and lonely Christmas day.
The gifts that be discovers take him to a universe where the finest, more distant and delicate dolls stand out without being willing to.
The man resorts to games in order to allocate these dolls in a defined enviroment – an elegant small house- where he afterwards serves them tea, cares for them with devotion and neatness, until they reject him for the simple reason that he is different, from other class.
But nothing stops this man in his Christmas Eve, for this reason he builds a city with empty boxes, settles it with people, with streets and voices, with a heavy white snow, with a cruel cold that does not cease.
However, the man came from the street and he is not alone; inside his faded bag it is her, the pretty and naive doll, who is helpless, the one who sells matches to indifferent people on the streets while it is hitterly cold.
And in the close relationship that the man builds up with the famished and ungraceful doll, it will be discovered that both are similar, almost alike, and that the story which they are part of, has neither stopped being represented in any part of the world nor in any time.
This Game between the man and the dolls is the frame for Omar Alvarez Titeres company to take to the stage one of the most complex and controversial tales written by the Danish Hans. C. Andersen, “The little Match girl”.
Because of the complexity of the topic and the contents which are dealt with therein, the play presents a work where the story is “weaved” without words, through the implicit action recreated through a game which, as it will be shown on stage, is helpful to ell a hard, complex and accurate story. It is neatly narrated and every little detail is taken into account. Below helt remarks area avoided. The story simply appeals to creativeness, the lyricism and the poetry of the image expressed by the objects